A través de la
exposición “Mundo Extreme”, se muestra al mundo la obra de unos
artistas muy especiales, ya que no ven el mundo de la misma manera
que nosotros.
El proyecto “Debajo del
sombrero” busca la integración de personas con cierta discapacidad
intelectual en el mundo del arte, posibilita el aprendizaje de estas
personas y la comunicación con otros artistas. Los participantes en
este proyecto realizan tanto obras colectivas como individual, que
son expuestas en galerias de toda España, e incluso en algunas
ocasiones fuera de nuestro país. En este proyecto se desarrollan
actividades como “Al matadero sin miedo” realizada en las
instalaciones del centro de creación contemporanea “Matadero
Madrid”. Estas actividades facilitan que podamos conocer obras
primitivas las cuales expresan todo aquello que en muchas ocasiones
los seres humanos con consciencia plena de nuestras facultades no
somos capaces de expresar, ni siquiera reconocer en nosotros mismos.
Cuando nos encontramos ante una obra de estas caracteristicas nos
situamos ante la experimentación pura y dura, creando imagenes con
gran potencia visual.
En el mismo espacio en el
que se situa “Al matadero sin miedo” podemos observar durante
este año un dispositivo de visibilización llamado MIC, creado por
el artista Álvaro Matxinbarrena. El display consiste en una pantalla
de vídeo e información impresa recogida en un cajón. Gracias a
MIC, podemos conocer como es el trabajo de “Debajo del sombrero”
e incluso dar nuestra opinion debido a que parte del dispositivo
consiste en un atril con lápiz y papel y un pequeño buzón para
poder recoger las opiniones e ideas de aquellos que se relacionen con
este.
Gracias a proyectos como
este conocemos una forma diferente de ver el arte y encontramos
nuevos artistas como Judith Scott, quien sirvió de inspiración para
la creación del grupo de trabajo. Judith Scott o Judy Scott es una
artista que nació con síndrome de Down y que durante años estuvo
recluida en una institución para personas con problemas mentales.
Posteriormente se desarrolló como artista en el “Creative Growth
Art Center” en Oakland. Gracias al reconocimiento por parte del
mundo del arte que recibia de sus obras, la confianza de Judy fue
aumentando. Esta confianza se mostraba tanto en su manera mucho más
extrabagante de decorarse la cabeza y el cuello como en la
embergadura de sus obras. Este hecho inspiró el nombre del proyecto.
Debido a que Judith Scott padeciera síndrome de Down, sus médicos
pasaron por alto que era sordomuda, por ello, la señorita Scott
estuvo betada de cualquier tipo de comunicación. Durante los dos
primeros años en los que asistió al “Creative Growht Art Center”
no dió ningún tipo de evidencia de sus habilidades artísticas, sin
embargo un día empezó a crear las obras que le han llevado a
conseguir fama mundial y no ha parado desde entonces.
La manera en que los
artistas realizan proyectos como este, en los que dan la oportunidad
de producir obras únicas y conocer a estos artistas tan especiales
que nos devuelven a nuestros instintos más ancestrales sin dejar de
observar una imagen con gran potencia visual y con una gran carga
social y comunicativa, son un ejemplo de lucha y superación. Y no
solo de ellos sino de todos los artistas que han luchado por la
integración social de personas con discapacidades ya sean tanto
fisicas como psiquicas y da un soplo de esperanza para el mundo del
arte.
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